En su extraordinario relato The
Duel: a military story, Joseph Conrad narraba los diversos enfrentamientos
que dos oficiales de la caballería napoleónica
desarrollaban en los primeros 15 años del siglo XIX: D’Hubert y Feraud
se veían enfrascados en diferentes duelos en los que el honor estaba en juego.
Ridley Scott adaptaría la obra en su primera y magistral película, The Duellist
(Los duelistas, 1977).
En el mundo del boxeo también se
han dado rivalidades similares a las que Conrad describió. Normalmente se
recuerda la serie entre Jake La Motta y Sugar Ray Robinson que culminó en el
último, el de “La matanza del día de San Valentín”. Menos conocidos, Sam
Langford y Harry Wills llegaron a pelear 18 veces entre 1914 y 1925; Langford,
por cierto, también se enfrentó 13 veces a Joe Jeannette y otras tantas a Sam
McVea. Casos más recientes y conocidos son los de Nishioka vs Veeraphol
Sahaprom, Beibis Mendoza vs “el búfalo” Álvarez y, sobre todo, Israel Vázquez
vs Rafael Márquez y Manny Pacquiao vs Juan Manuel Márquez, sagas compuestas por
cuatro combates. Incluso en nuestro país, Valery Yanchi y Silvio Olteanu han
tenido su tetralogía y la quinta pelea estaba programada como defensa
obligatoria del cinturón de campeón europeo mosca (cinturón que ha dejado
vacante recientemente).
Anuncio de uno de los combates (el 3º) |
La rivalidad de la que hoy vamos
a hablar no resulta excesivamente conocida, pero no por ello fue menos
apasionante. La protagonizaron Benito Canal y Mariano Echevarría a lo largo de
la década de los 60. El número de pesos pesados era escaso en una España cuya prensa
todavía recordaba los éxitos de Paulino Uzcudun en la categoría máxima, lo que
posibilitó que estos dos púgiles batallaran entre sí una y otra vez. Junto a otros, que generalmente subían del semipesado para conseguir una mejor bolsa, fueron los exponentes de la división durante toda la década.
Echevarría era originario de
Bilbao había nacido a principios de 1936 y debutado en el boxeo profesional en
1957. Tan sólo un año después se proclamaba campeón de España del semipesado,
título que disputaría otras 5 veces (con 3 victorias). Canal, por su parte,
había nacido en Orense, en concreto en Fontao, una aldea del concello de A
Merca. Había emigrado con su familia a la misma ciudad vasca, donde compaginó
trabajos de electricista con la carrera amateur, en la que hizo unas 30 peleas.
Benito Canal en los 60 |
Aunque en alguna entrevista Canal
habló de que su debú se produjo en una pelea de 1962 por el título de España,
al parecer ya había realizado algunas peleas antes. Una de ellas, documentada
por la propia entidad, se produjo en la Navidad de 1960, en el marco de una
gala de Navidad celebrada en el Frontón del Club Deportivo de Bilbao. Su rival…
Mariano Echevarría, que sí que contaba este enfrentamiento. Echevarría venía de
perder el cinturón del peso semipesado por descalificación ante Luis Vicente
Serra. Hubo un golpe tan duro por parte del vasco que Serra cayó a la lona haciendo
gestos ostensibles de que había sido dañado muy por debajo de la cintura;
trasladado a los vestuarios, los médicos de la Federación comprobaron (ni
imagino de qué manera) de que había existido el golpe bajo, por lo que el atentido
era proclamado nuevo campeón por descalificación de su rival.
En este primer duelo, celebrado
el 24 (o 25, según otras fuentes) de diciembre de 1960, el más experimentado
Echevarría dominó a Canal y se imponía por puntos en 8 rounds. Canal no
reaparecería hasta un año después, disputando 3 combates en 2 meses y teniendo
otro parón, lo que puede dar veracidad a sus palabras de que quizá no había
entrado del todo en el profesionalismo. Por su parte, Echevarría vivía una
buena etapa, al alzarse en abril de 1961 con el título de campeón nacional del
pesado al derrotar al campeón, José González Sales.
Este era el título que estaría en
juego el 9 de septiembre de 1962 cuando los púgiles se encuentren por segunda
vez. El escenario, la plaza de Toros de Vista Alegre en Bilbao (recién estrenada tras el incendio de la Plaza Vieja), que presentaba
una extraordinaria estampa con cerca de 9.000 personas siguiendo una velada que
también supuso el último combate de Young Martín al caer derrotado por el local
Víctor Carrascosa en 8 rounds. Canal ya era un mejor boxeador y, aunque pocos
creían en él (hasta años después, él mismo, reconoció sus propias dudas), plantó
cara en todo momento al campeón. El combate fue vibrante, con Echevarría
buscando la corta distancia y el aspirante, más técnico, queriendo boxear. Al
final, este decantó la pelea de su lado por puntos. Vicente Gil, que asistió a
la pelea, anunció que se concedía a los dos púgiles la medalla de la
combatividad.
La primera defensa que el nuevo
campeón llevó a cabo, el 20 de abril de 1963, tuvo lugar, con cierta lógica, en
el mismo lugar y ante idéntico rival. Nuevamente un gran ambiente y un buen
combate. Echevarría, con mucho menor peso que su rival, salió valiente y
buscando acabar pronto el pleito. En el tercero mandó al campeón a la lona, con
una combinación arriba y abajo; pero esta última mano fue demasiado baja, algo
que volvería a repetir en el siguiente round. A partir de la mitad de la pelea,
Canal pasó a dominar y en el nº 11 estuvo a punto de noquear a su adversario,
al que salvó la campana. Al final, el campeón
mantenía su cinturón al vencer por puntos.
Vista Alegre, el escenario predilecto de este duelo |
El siguiente enfrentamiento entre
los púgiles, el cuarto, fue un enfrentamiento sorpresa. Canal había defendido
un par de veces más el cinturón nacional pero, dado el número limitado de
nombres españoles en esta división, se buscaban peleas con extranjeros. Para el 3 de Abril de 1965 se había previsto
su enfrentamiento con el alemán Albert Duscha (en realidad, un semipesado) en
Bilbao. Escasísimas fechas antes de la cita, el teutón sufría un accidente de circulación
y la velada (con el trotamundos Ángel García Robinson en ella) peligraba, por
lo que se llamó a toda prisa a Echevarría, que aceptó el reto. Poco pudo hacer
esta vez y caía derrotado por TKO en el 6º.
En los meses siguientes,
Echevarría clamó por una nueva oportunidad. Argüía que una lesión en la mano le
había impedido rendir en los combates previos como debería haber hecho y que,
tras un descanso, se encontraba en plenitud. Canal no se echó atrás y el 28 de
noviembre de ese mismo año, esta vez en el Circo Price de Barcelona, volvió a
subir al ring para enfrentar, a 8 rounds, a su ya conocido enemigo (aunque al
parecer acabaron por llevarse bastante bien entre ellos). Canal, al contrario
que otras ocasiones, comenzó dominando a su rival y anotándose con facilidad
los primeros rounds. Después Echevarría se repuso, pero la pelea pronto decayó,
tanto que hasta el referee paró en el 7º (de los 8 rounds previstos) la
contienda para decirles a los púgiles, ya entre abucheos del público, que habían venido a pelear. Esto parece que les concedió nuevos bríos, porque al menos concluyeron con algo de acción. La victoria fue a los puntos para el ya asiduo
ganador, Canal.
Sin embargo, no eran buenos
tiempos para el púgil nacido en Galicia. Menos de 15 días después se desplazó
hasta Inglaterra para enfrentar al local Jack Bodell, con quien perdió en el
segundo round. Esta derrota se unía a otras dos anteriores por la misma vía y
en la que había dado la misma imagen: en Bilbao, en el mes de mayo, frente a
Giorgio Masteghin (KO en el 1º) y en Roma ante Dante Cané en octubre (KO en el
2º). Fue entonces cuando la Federación, en la que Vicente Gil iba a dejar el
puesto por estas fechas con la decisión tomada (aunque no dejó el de presidente
de la EBU, que también ostentaba), decidió hacer uso de una cláusula por la que
un púgil que había sufrido tres fueras de combate seguidos, podía ser
inhabilitado temporalmente para salvaguardar su salud.
La decisión fue polémica, sobre
todo porque entre esas tres derrotas, se había encontrado el quinto
enfrentamiento con Echevarría al que hemos hecho referencia. Quizá pesó la
pésima proyección internacional que se había dado con esos combates perdidos
fácil y rotundamente, pero lo que sabemos con certeza es que Canal era desposeído de su
título de campeón nacional y de la licencia federativa. Aunque amenazó con
incursionar en la lucha, lo cierto es que esperó hasta que se le devolvió la
ficha. Esto no llegó hasta fines de febrero de 1967, ¡más de un año después!
Tras un combate de rodaje, Canal era nombrado aspirante al título nacional,
cuyo poseedor era ahora… no podía ser de otra manera: Mariano Echevarría.
Benito Canal en 2010 |
El 10 de agosto se producía, pues, un
nuevo capítulo de este duelo, otra vez en Bilbao, en el Pabellón de Deportes y
ante 4.000 espectadores. Durante este tiempo sin enfrentarse, Echevarría había
ganado mucho peso y ya superaba a su rival en este aspecto (recordemos que
venía del semipesado). Canal, con mucho por demostrar, salió valiente al
ataque, anotándose los primeros rounds. El ahora campeón, sin embargo, empezó a
tomar la medida al combate poco a poco, y logró contrarrestar la técnica del
aspirante con empuje y fuerza. En un lance hacia mitad del combate, Canal se
quejó de una lesión en el hombro izquierdo. Los siguientes rounds no pudo hacer
uso, apenas, de esa mano, por lo que fue presa fácil. Tras salir para el 9º,
alzaba el brazo y abandonaba ante la imposibilidad de pelear en condiciones.
Echevarría, algo que desde aquel primer combate no hacía, se tomaba cumplida
venganza.
El siguiente enfrentamiento no se
produciría hasta un año después, también por el título de los pesados en juego.
Fue el 15 de septiembre de 1968 y la novedad fue que se disputó en San
Sebastián, en la Plaza de Toros. Un Echevarría muy pasado de peso no pudo con
la mayor movilidad y técnica de su rival, que se imponía más o menos de manera
fácil. Pero una mano del campeón abrió un corte tremendo en la ceja izquierda
que, finalmente, llevó al árbitro a parar la contienda en el 9º. El público
aplaudió a Canal reconocedor de que de no ser por esa herida y la detención,
hubiera recuperado el cinturón.
La vida de Canal empezó a
cambiar, no por esto, sino porque contrajo matrimonio y pensó en abandonar el
boxeo, aunque siempre declaraba que le gustaría hacer algún combate más y recuperar
el cinturón de campeón. Unas cosas y otras llevaron a que no subiera al ring
hasta nuevamente el 06 de Agosto de 1969, casi un año después y para escribir
el último capítulo de la épica rivalidad. Ambos sabían, además, que el ganador
alcanzaría una buena bolsa, pues debería defender ante la nueva sensación del
boxeo español: José Manuel Urtain.
Ningún sitio mejor que Bilbao y
una abarrotada Vista Alegre, que dio cabida a casi 13.000 fanáticos. Los años y
los kilos pesaron esta vez más en Echevarría, que se mostró muy lento, a pesar
de la inactividad de su contrincante. Aunque hubo asaltos en los que
ambos se pararon a intercambiar golpes con fiereza, ambos abusaron de los
amarres y la pelea fue algo deslucida. La técnica de Canal fue apuntándose
rounds y, pese a que estuvo a punto de noquear a Mariano en el último, se
impuso definitivamente a los puntos. A pesar de que retó a Urtain micrófono en mano, este poco
después conseguía una oportunidad para disputar el campeonato de Europa, con lo
que ese duelo quedó aplazado hasta que “el tigre de Cestona” perdió con Henry
Cooper. Finalmente, Urtain ganaría fácil, en mayo de 1971, por KO en el 2º. Fue
la última pelea del excampeón.
Echevarría, a la derecha, junto a Urtain |
Por su parte, Mariano Echevarría
se enfrentó a Urtain cuatro meses más tarde que Canal, en septiembre.
Rejuvenecido, Echevarría sorprendió al joven púgil con un fuerte ritmo desde el principio y que casi pudo mantener hasta el final. Incluso en el último round
estuvo cerca de mandar a la lona al excampeón europeo. Finalmente, se decretó
nulo, aunque el público recibió el veredicto con silbidos. Para ellos,
así como para muchos cronistas de la época, Echevarría había ganado.
Mariano Echevarría todavía
extendería un poco más la carrera, retirándose finalmente en 1973. Su récord,
42-57-11. El de Benito Canal, mucho más escueto, fue de 22-11-4 (con esos
comienzos poco claros). Por cierto, Boxrec y sus colaboradores españoles
“mataron” al bueno de Canal en 1992, aunque al menos en 2010 seguía vivo y
había regresado poco antes a su pueblo de origen.
Sirva este pequeño artículo para
homenajear a dos boxeadores, quizá ahora olvidados, pero que desarrollaron una
rivalidad digna de ser resaltada en la historia del boxeo español.
No hay comentarios:
Publicar un comentario