lunes, 17 de junio de 2013

Roberto Durán vs Esteban de Jesús III

El 21 de Enero de 1978 el panameño Durán y el boricua De Jesús saltaban al ring del Caesars Palace de las Vegas para protagonizar un combate con mucha historia, anterior y posterior. Entre otras cosas, ponía el cierre a una gran trilogía y rivalidad entre ambos púgiles y dirimía quién era el mejor ligero de ese momento y, posiblemente, de la década. Pero no era esto sólo, ni mucho menos. Por ejemplo, era  la repetición de un enfrentamiento en el mismo peso entre ambos países que se había producido en la década anterior con Ismael Laguna y Carlos Ortiz como protagonistas, y en las que este último (el de Puerto Rico) consiguió salir victorioso en dos de los tres enfrentamientos. 


Durán y Esteban de Jesús se habían enfrentado por primera vez el 17 de noviembre de 1972 en el Madison Square Garden de Nueva York en una pelea, no titular, a 10 rounds. En el mismo escenario, el panameño se había proclamado 5 meses antes campeón del mundo WBA al derrotar por TKO en el 13º al escocés Ken Buchanan. El nuevo campeón, acostumbrado a mucha actividad, afrontaba el tercer combate sin título en juego esperando su próxima defensa. Sin embargo, aquella noche De Jesús se dio a conocer... y pronto. En el primer asalto mandaba a lona a Durán con un left hook, golpe que posiblemente decantara la pelea, pues aunque el centroamericano se levantó y no volvió a caer, estuvo lejos de mostrar que pudiera voltear la situación. El boricua se alzaba con la victoria por decisión unánime y acababa con la imbatibilidad de "manos de piedra", que no volvería a salir derrotado hasta el año 80 con el conocido como "no más". 

El 16 de marzo de 1974 los boxeadores volvieron a encontrarse. Esta vez fue en Panamá y con el local buscando vengar la afrenta anterior y el visitante alcanzar el codiciado título. El abarrotado Nuevo Gimnasio enmudeció por momentos cuando, nuevamente en el primero, De León metió otros dos golpes de izquierda durísimos y volvió a noquear al campeón. Este, sin embargo, pudo en esta ocasión reponerse e ir haciendo su boxeo de presión constante. En el 7º, una serie de combinaciones seguidas formadas por gancho de izquierda arriba y mano derecha a la cabeza llevaba al púgil boricua a la lona. El resto de la pelea siguió por los mismos derroteros: un infierno para un aspirante que no podía frenar las continuas acometidas del campeón. Pocos segundos después de haber comenzado el 11º, el panameño lanzaba un nuevo golpe de izquierda al cuerpo, seguido de una derecha al mentón y su rival caía. Agotado, no se levantaba. Durán conservaba su cinturón de campeón WBA.

Tras estos dos enfrentamientos, resultaba normal que pudiera darse un tercer combate, aunque este se hizo esperar. Fueron casi 4 años en los que "el cholo" siguió sumando victorias, alternando peleas titulares con otras en las que no había título en juego. De Jesús, por su parte, tras un fallido intento de asaltar el campeonato superligero WBA ante Kid Pambelé (combate celebrado también en el Nuevo Gimnasio y en el que cayó tres veces), logró proclamarse campeón de las 135 lbs por el Consejo Mundial de Boxeo al derrotar al japonés Guts Ishimatsu. De este título hizo 3 defensas. 

Durán vs De Jesús III fue, pues, un combate de unificación de los dos grandes organismos existentes en la época y el ganador sería considerado el mejor peso ligero del orbe. Además, posiblemente lo fuera también de la década. De hecho, hoy en día son muchos los que consideran al boxeador panameño como el mejor púgil de esa división en su historia o, al menos, desde 1962 en adelante, la época de las entidades boxísticas tal y como las conocemos. Joe Gans o Tony Canzoneri tendrían también mucho que decir. 

El combate, sorpresivamente, se llevó a cabo en el Caesars Palace de Las Vegas. El promotor Don King, que se había dado a conocer mundialmente con el Foreman vs Ali y Frazier vs Ali III, decidió llevar allí la velada en vista del buen éxito que había cosechado unos meses antes en el mismo escenario con otra en la que se dieron 5 combates de pesados, aunque en pleitos no titulares, con nombres como Ron Lyle, Holmes, Ken Norton y Jimmy Young. Las Vegas había sido ya escenario de combates por el título mundial (por ejemplo, Ali vs Lyle unos años antes) pero estos se habían dado en el Convention Center.

Ahora, King cambiaba de escenario y llevaba este combate a un casino privado. Durán vs De Jesús III fue la primera pelea con un título en juego (nunca mejor dicho) que se celebró en un casino de Las Vegas. Comenzaba una unión que hoy en día es difícil disociar y que llevaría a esta ciudad en medio del desierto a desplazar, aunque los mitos sean los mitos, al mismísimo Madison como centro neurálgico del boxeo mundial. Como muestra de lo novedoso de la propuesta, decir que  a diferencia de lo que empezaría a ocurrir más tarde, dos de los tres jueces no pertenecían al Estado de Nevada, sino que se trajeron de fuera para la ocasión. 

Uno de ellos era el venezolano Isidro Rodríguez, más conocido por su labor de referee sobre todo en los 80 y que muchos recordarán (para mal) por ser uno de los principales actores del escalofriante robo a mano armada que fue el "latigo" Coggi vs Eder González I. De California era el tercero de los jueces, un exboxeador bastante gris (12-4 de récord), que compaginaba la labor de jez con la de referee y para quien era la primera ocasión de puntuar un encuentro con cinturón en juego. Su nombre... Richard Steele.

El combate, en el primero, empezó con un Durán algo reservón, como queriendo que no se repitiera lo que había sucedido en los dos anteriores. Pero fue un espejismo: pronto se desató la acción y en el durísimo tercer round, el público ya estaba entregado a lo que estaba observando. En el sexto, Durán hizo estremecer al de Puerto Rico con una derecha recta seguida de un golpe curvo de izquierda. En el noveno, ambos parados en el centro del ring se lanzaban manos con todo el peso del cuerpo y del corazón. En el round nº 12, y tras aguerridos intercambios, De León se acercó a Durán y no lanzó el jab: fue el principio del fin. La derecha al mentón del panameño mandó a la lona a su rival, que gateando pudo llegar a las cuerdas y usar estas para levantarse. La tormenta de golpes no se hizo esperar y, sin poder oponer resistencia alguna, De León caía otra vez. Sciaca, su entrenador, se lanzaba al ring para evitar que intentara levantarse.

Se cerraba una gran trilogía, y una época, con un broche de oro en forma de excelente combate donde el panameño había demostrado ser el más fuerte, pero donde también hay que destacar al gran púgil boricua que, además, ya estaba inmerso en problemas de drogas. Fin de una época porque ninguno de los protagonistas volvió a pelear en ligero. Durán subió directamente a wélter y 2 años y medio después daba la sorpresa al derrotar a Leonard. Aunque siguió incrementado su leyenda, y a pesar de noches como la de Leonard, Hagler (a pesar de la derrota) o Barkley, nunca lució tan arrollador como en la división del ligero. 

Por su parte, "vita" De Jesús, conseguiría una última oportunidad para disputar un título en julio de 1980, el del WBC superligero, aunque cayó derrotado ante Saoul Mamby por TKO en el 13º tras haberse mostrado muy inferior. A partir de aquí, todos sabemos la desgraciada historia. En el Día de Acción de Gracias de 1981 mató a un joven en una disputa de tráfico, siendo condenado a cadena perpetua. En la prisión empezó a jugar al béisbol y desarrolló una profunda fe cristiana que lo llevó a convertirse en predicador. Pero contrajo el virus del SIDA. Con la enfermedad ya muy desarrollada, se le absolvió de sus penas y se le dejó que fuera a casa parar morir entre los suyos. 

Fueron  muchas las visitas que recibió, a pesar de ser tiempos de poca información sobre la terrible enfermedad (año 1989) y en la que había gente que creía que cualquier mínimo contacto podría hacer que se favoreciera el contagio. La más recordada quizá, la de Roberto Durán, quien de forma emotiva abrazó y besó entre lágrimas a aquel hombre con el que había protagonizado tres grandes batallas. El panameño demostraba así que no sólo era todo corazón encima del ring.






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